Leganés aún no tiene su Plan de Calidad del Aire ¿para cuándo? Y sin embargo estamos a lo de las vallas, a la plaza de toros, a la entrega de suelo para negocios privados, estás cosillas de interés general…

Estos días pasados, la torre Eiffel desapareció como por arte de magia de la vista de los parisinos. La niebla de contaminación que cubría la ciudad impedía su visión desde cierta distancia. Varios días seguidos de atmósfera en calma formaron una tapadera de aire frío sobre la ciudad, bajo la cual se fue espesando una sopa de partículas procedente en buena parte de los tubos de escape de los vehículos diesel.

El asunto llegó a la prensa internacional porque el Ayuntamiento se vio obligado a tomar una medida drástica: la circulación en días alternos de vehículos privados. Los días pares circulan los de matrícula par, y los impares los otros. La medida ya había sido tomada hacía años con buenos resultados. En Atenas, Ciudad de México y otras grandes ciudades este recurso u otros similares son bastante habituales.

Se declaró el lunes como día en que podrían circular solamente las matrículas impares. Pero a las pocas horas, aterradas ante la posibilidad de un colapso económico y social por la restricción del uso del coche, las autoridades municipales levantaron todas las medidas de excepción anticontaminación, confiando en que un ligero empeoramiento previsto del tiempo se llevaría la nube de partículas por sí solo.

En España pocas ciudades tienen previstos los Protocolos convenientes ante los episodios de contaminación atmosférica severa aunque la vigente legislación estatal y autonómica obliga a preparar los Planes de Calidad de Aire autonómicos y desarrollar los municipales.

Lo interesante es el concepto de vehículo virtuoso que hizo público el Ayuntamiento de París. El lunes, descontando los coches con matrícula impar, sólo podían circular por París véhicules "vertueux", es decir: los limpios (eléctricos, híbridos, a gas), los ocupados al menos por tres personas, los coches de bomberos, las ambulancias, los servicios de urgencia, etc; los taxis, las furgonetas y pequeños camiones de reparto, los servicios municipales, y los coches con matrícula de otro país.

Además de la circulación alterna del lunes, durante varios días estuvieron en vigor medidas de urgencia, principalmente la gratuidad del Vélib (servicio municipal de bicicleta compartida) y el Autolib (servicios municipales de bicicleta y coche compartido, respectivamente), así como la gratuidad de todo el transporte colectivo, la limitación de velocidad, etc. Las autoridades informaron de un impresionante aumento en el uso del Vélib y el Autolib.

Si París (o cualquier otra ciudad) restringiera drásticamente el tráfico de los vehículos no virtuosos y reservara la calzada a los virtuosos, amén de proporcionar a sus ciudadanos transporte público de calidad y barato, coches y bicicletas compartidos y tráfico de baja velocidad (lo que se dice pacificado), no tendría nunca más problemas de contaminación. Pero lo bueno no dura. El martes 18 las autoridades municipales anunciaron el fin de todas las medidas de urgencia y la vuelta a las condiciones normales. Hasta el próximo anticiclón.

Desde CXC no estamos al 100% de acuerdo con las acciones puestas en práctica en París, creemos en otras más drásticas y prolongadas en el tiempo pero nos parecen un buen punto de partida para el debate.

En Leganés seguiremos esperando…