Estamos frente a los últimos presupuestos municipales que elabora el actual Equipo de Gobierno. Unos presupuestos que además que no se van a cumplir –como ha ocurrido el resto de los años y damos fe de ellos en el cuadro 7 de una fuente nada sospechosa de subjetividad- se le suma el inconveniente de que han sido aprobados el 30 de diciembre de 2010 con lo que hasta mediados de febrero no se publicaran en el Boletín Oficial de nuestra Comunidad para que entren en vigor.

Conociendo la administración local y el poco interés del concejal de Hacienda en abrir el grifo de las inversiones, a lo que se une los tres meses mínimos desde que se hace la reserva de crédito, se publica el pliego de condiciones en el BOCAM hasta que se adjudica la inversión, nos vamos a encontrar con concejalías paralizadas en el capitulo de inversiones, y solamente aquellas que tienen en cartera proyectos pendientes son las que van a poder mostrar Montoya-Calle a los ciudadanos en época electoral, entre ellas la biblioteca central y algún que otro remozamiento de barrios, porque las inversiones de 2011 las ejecutará el próximo gobierno municipal, que esperamos –aunque sea con la nariz tapada- que sea del mismo tinte y no entre el añil (añejo) en el municipio ni la gaviota volando en la ciudad.

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