En los comentarios de Dleganés, me han pedido que escriba sobre lo ocurrido estos días en el Ayuntamiento de Leganés, sobre el presunto cobro de más de nuestro alcalde.
En ocasiones he escrito que las almas de los pacientes fallecidos en el manicomio, leganean por nuestro Paseo de Colón y nuestra Plaza Mayor.
Yo opino que, además de las almas citadas en el ayuntamiento ha entrado a escondidas o de modo invisible, la Trinidad del averno, Belcebú, Astarot y Belial.
Y ésta Trinidad demoniaca, ha revuelto los presupuestos del pasado ejercicio, han trastocado sus cifras y hasta sus capítulos.
En fin, Leganés estos días se parece al Trasmuz de hace sigo y medio, según Gustavo Adolfo Bécquer “Desde su Celda”, y anda la “Tía Casca” enredando en los asuntos pucheriles de la Casa Consistorial.
Algún lector pensará que estoy soñando, quizás sea así, pero lo que está claro es que, en las noches de luna llena, algunos vecinos hemos visto a los gatos negros y grises deambular desde la Plaza de España a la Plaza Mayor, y ese es el claro ejemplo de que los embaixos infernales de Benito Pérez Galdós en “Misericordia”, leganean haciéndonos enloquecer.
El compañero Montoya,
¿cobra más de lo acordado,
o es un error contable
que está enredando el diablo?
La luna de Leganés
palideció, mientras tanto.
Y ese manicomio viejo
lanzó un grito de espanto,
que resucitó a Galdós
y a Blas de Otero, llorando.
Mientras que Tomás en Babia,
sueña, resueña, soñando…
¿Cristo de Paracagüina,
adónde vamos llegando?
Leganés, 20 de enero de 2011
JOSé MANuel García García (JOSMAN)